El modelo chino de salud se basa en la idea de que somos un microcosmos dentro de un macrocosmos.
Cada uno de nosotros está conformado por órganos que corresponden a uno de los cinco elementos, cada elemento está relacionado a una estación del año.
Por ejemplo, la madera se relaciona con la primavera y al hígado y la vesícula biliar. El fuego se relaciona con el verano y los órganos del corazón y el intestino delgado.
Estos sistemas de órganos – elementos también se vinculan a determinadas horas del día, colores, sonidos, olores y emociones.
En conjunto los 5 elementos y sus 5 estaciones correspondientes se mueven en ciclos que son parte del Yin y el Yang. El Qi “la energía vital” es producto de las interacciones y movimientos entre los elementos y las estaciones.
Hay dos interacciones importantes entre los 5 elementos: la de mutua generación y la de explotación.
Este esquema nos permite tener una perspectiva de cómo la Medicina Tradicional China conecta la salud física con la salud mental y emocional.
Para que la naturaleza pueda prosperar necesita estar en balance y estos esquemas nos permiten comprender cómo se relaciona ese concepto de balance entre las estaciones, elementos y los procesos de nuestro cuerpo.
Los hábitos, los estilos de vida y otras circunstancias de la vida tienden a desafiar estas interacciones y hacernos sentir fuera de balance.